10 Malos hábitos de los conductores
¡Cosas que debemos evitar para alargar la vida de nuestros vehículos y las nuestras!
06/07/2016
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Todos sabemos que cuando llevamos muchos años a volante, nos acostumbramos a hacer cosas que no son del todo correctas, pero que ya nos va bien a nosotros! Lo que no sabemos es que algunos de estos hábitos adquiridos a lo largo de los años de conducción, son perjudiciales para nuestros vehículos. Algo que parece en un principio inofensivo puede convertirse, con el paso del tiempo, en un verdadero problema.
No nos referimos solo a que estos hábitos o conductas supongan un gasto del coche, sino que también pueden llegar a afectar a sistema y poner en peligro nuestra propia seguridad. Así que ya sabéis, leed e intentad no hacerlos para poder conservar mejor vuestro coche, empecemos:
1. Retrasar el Mantenimiento
El mantenimiento de tu coche es vital para su longevidad. El mantenimiento regular incluye el cambio de aceite y los filtros, así como los líquidos. Aunque cada fabricante especifica una rutina diferente.
No cabe duda de que los mantenimientos, cómo con los vehículos en sí, requieren invertir algo de tiempo y dinero, pero puede solucionar problemas que en un futuro podrían ser mucho peores, recordad que no perdéis la garantía si lleváis vuestro coche a un taller independiente, y que podéis montar recambios de calidad equivalente en lugar de originales, sin temor.
Retrasar el mantenimiento lleva por consecuente el siguiente punto…
2. Conducir con los neumáticos gastados o con mala presión
De todo el mantenimiento, hemos puesto como punto importante el tema de los neumáticos, ya que necesitan una atención especial. Son un punto clave, como hemos dicho ya muchas veces, ya que es el único punto del coche que tiene contacto directo con el suelo.
Es importante no circular con neumáticos gastados, ya que tienen más facilidad de reventar, y si por mala suerte se pone a llover, el riesgo de aquaplaning se puede multiplicar.
Llevar la presión correcta en los neumáticos ayudara a que estos te duren más y a que no se gasten irregularmente, ni se deterioren antes de lo previsto. A parte de esta manera el vehículo gastará menos combustible.
3. No hacer caso a las luces de advertencia del tablero
Muchas veces cuando se nos enciende un indicador en el tablero de instrumentos, no sabemos lo que significa y lo dejamos correr, lo dejamos allí para cuando vayamos al mecánico, pero ese momento casi nunca llega pronto… ¡Y eso puede ser un grave error! Cuando una luz se enciende es importante abordar el problema inmediatamente, si no sabemos lo que significa podemos mirarlo en el manual del propietario, llamar al mecánico o incluso mirarlo por internet (¡Que ahora, todos estamos conectados!), poniendo el modelo de tu coche ( ya que las luces, a veces, varían según el modelo).
Dejar pasar el tiempo para revisar lo que quiere decir la luz, puede llegar a ser muy problemático, ya que algunas de esas luces pueden indicar fugas de líquidos o errores en el sistema y eso provocar el sobrecalentamiento del motor o cosas peores…
Pensareis… ¡Que melodramáticos! Pues sí, un poquito pero es que sino no nos hacéis caso…
4. No indicar las maniobras
¡Los intermitentes están para algo! El uso de los intermitentes ayuda a los conductores cercanos a saber la maniobra que vas a realizar y así evitar chocar o no hacer ningún movimiento para impedirte hacer esa maniobra… Simplemente para prevenir accidentes. ¡El conductor de detrás te lo agradecerá!
5. Realizar una conducción agresiva
Los acelerones no solo no nos ayudan a ganar tiempo, sino que tiene efectos negativos sobre nuestro coche: se consume más, se calienta en exceso el motor y los neumáticos se desgastan. Esta forma de conducir hará que el motor de tu coche, la transmisión y el sistema de frenos se deterioren mucho más rápido de lo previsto…
¡Y ya no hablemos arrancáis haciendo patinar las ruedas motrices!
Hacer este tipo de cosas es un gasto inútil de gasolina y de ruedas, aparte de dañar innecesariamente la transmisión, el embrague, la caja de cambios y el diferencial.
Es importante también evitar conducir con el motor a muchas revoluciones, ya que aumenta el consumo y puede provocar sobrerégimen (pasar de vueltas el motor), ¡Cosa que implica una reparación más que costosa!
6. ¡Arrancar el coche como si no existiera el mañana!
Esto es sobretodo importante tenerlo en cuenta en invierno, cuando arrancamos el coche por las mañanas es recomendable esperar unos segundos antes de emprender la marcha, para que el aceite llegue al circuito, y al acelerar hacerlo de manera progresiva.
Hacer fuertes acelerones es una mala idea, ya sea en invierno o en verano, pero aunque más en invierno, ya que el motor tarda más en calentarse y por lo tanto el aceite y los componentes aún no han alcanzado la temperatura ideal, al estar menos protegidos, estos acelerones hacen que el desgaste del motor sea más rápido.
7. Abusar del embrague
El embrague es uno de los elementos más castigados de los vehículos, al funcionar por fricción, se desgasta cada vez que se pisa o se pone presión sobre él. Es importante no mantener el pie apoyado en él sin necesidad ( es decir, cuando no tengas que cambiar de marcha, las autopistas son un buen ejemplo ya que en ellas el cambio de marchas es mínimo), ya que eso produce un sobreesfuerzo que afecta al disco y a todas las piezas que actúan sobre él.
8. Apoyarse en la palanca de cambio
Utilizar como reposabrazos la palanca de cambios, ¡Otra muy mala costumbre! Al hacerlo estamos presionando los mecanismos internos del cambio, lo que hace que se desgaste y provoque holguras en sincronizadores, rodamientos… Esto se traduce, a largo plazo, en vibraciones y en la imprecisión del engranaje de marchas.
¡Así que ya sabéis! Utilizad la palanca solo para cambiar de marcha y si puede ser hacedlo con suavidad, vuestro coche os lo agradecerá.
Y si tenéis un cambio de marchas automático, nunca intentéis arrancar empujándolo, ni circuléis en punto muerto, ya que así solo conseguiréis estropearlo.
9. No utilizar los frenos o utilizarlos demasiado…
Si pisamos demasiado tiempo el pedal del freno podemos acelerar el desgaste de las pastillas y los discos, deformar los discos, crear vibraciones en el volante al frenar y deteriorar el líquido de frenos, haciendo que el sistema de frenado sea menos resistente a la fatiga.
Si vas a subir o bajar de puertos de montaña, es mejor utilizar el frenado de motor, que se consigue bajando de marcha, no de forma brusca. Así conservaremos los frenos y podremos controlar mejor el coche.
También es importante no apurar las pastillas y zapatas, es mucho más barato cambiarlas que tener que renovar todo el conjunto (discos y tambores).
Muchos conductores hacemos como si los badenes no existieran y no utilizamos los frenos, ¡Y eso que cada vez hay más en nuestras ciudades! Deberíamos frenar al ver uno, ya que si continuamos así corremos el riesgo de reventar una llanta o provocar problemas en los puntos de anclaje de la suspensión… ¡y eso sí que nos saldría caro!
10. Conducir con el coche en reserva
Sí, tu coche es capaz de moverse con pocos litros de combustible en el depósito, pero eso no le gusta nada a su bomba de combustible, ya que esta está sumergida en el tanque, por lo que es necesario que haya combustible suficiente para garantizar su lubricación y enfriamiento. Y si conducimos en reserva, esta puede quedar desprotegida y eso acelera su deterioro.
Podríamos decir más, pero estos son unos de los más importantes, y los que más debemos evitar hacer, así pues… ¿Cuánto quieres a tu coche, para intentar evitar hacerlos?
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